miércoles, 22 de mayo de 2013

OBRA DEL GOBIERNO DE LORENZO LATORRE

Cambios para lograr la paz interior y el orden en el país…
El país se caracterizaba hasta 1876 por gobiernos inoperantes en el control de todo el Uruguay. La inseguridad que las revoluciones provocaban  impedían el cambio de que los hombres de campo modernos propugnaban. Uno de esos cambios era el amparo de la propiedad privada, pero esto sólo podía lograrse a través de un Estado moderno que brindara seguridad y orden y que fomentara la construcción de caminos, puentes y ferrocarriles. 
Para esto se comenzó por Modernizar el aparato técnico del gobierno. El ejército obtuvo armas que sólo estaban al alcance del Estado.  Las victorias de la infantería y la artillería dejaron desamparadas a las tradicionales caballerías revolucionarias. En 1876, mediante un decreto se monopolizaba por parte del Estado la utilización del fusil Remington, y se prohibía la introducción por los particulares de esa arma. Su largo alcance y rapidez de tiro lo convertían en el arma clave para lograr el triunfo definitivo de la infantería. Su elevado costo lo ponía fuera del alcance  de los revolucionarios los cuales seguían con cuchillas engastadas en tacuaras compradas en pulperías. El Remington, el Mauser y los cañones Krupp, al tecnificar  la guerra operaron siempre a favor del gobierno.
                                                                    Fusil Máuser.
                      Fusil Remigton.                                                           Cañón Krupp.
Las comunicaciones operaron también -¡y cuánto!- a favor del poder del Estado y de la autoridad central montevideana. Llegó el ferrocarril y con él las líneas férreas y los puentes sobre los principales ríos-valles del país se tendieron en importante kilometraje por estos años. En 1879 el recorrido total  de las vías férreas del país era calculado en 287 km. Las distancias se acortaron, ya no había que depender de las carretas o los caballos. Para estas instalaciones el dictador concedió ventajas a la compañía inglesa. El telégrafo que ya ligaba Montevideo con Florida en 1873, logró en los años siguientes enlazar a todos los departamentos con la capital. Hasta Latorre previó una red propia del gobierno para enlazar a todas las comisarías ce campaña entre sí y con la jefatura del departamento respectivo, la que a su vez se vincularía con Montevideo. Latorre fue el primer gobernante que utilizó el telégrafo como medio de contralor de la vida departamental. Ferrocarril y telégrafo unificaban políticamente al país. La rebeldía del caudillo local o la invasión desde la frontera  eran conocidas de inmediato –por el telégrafo- en la capital, utilizando el gobierno ahora la vía férrea para desplazar a las tropas hacia la zona amenazada.









También se perfeccionó el aparato administrativo y jurídico: en 1877 se reorganizó el servicio de correos. Se promulgaron los códigos de Procesamiento Civil e Instrucción Criminal. En 1879 se creo el Registro del Estado Civil, con lo cual el Estado se comenzó a responsabilizar  de una función cumplida hasta ese momento por la iglesia.
Cambios para garantizar el derecho a la propiedad privada en el medio rural…  

Lo que primero exigió la clase alta rural a Latorre fue el establecimiento de firmes garantías a la propiedad privada de la tierra y los ganados. Esto se realizó a través de tres elementos: la organización de las policías, el Código Rural y el cercamiento de los campos.
La policía de campaña se reforzó y durante todo el periodo se practicó un sistema ejecutivo para concluir con el bandidaje. Así lo denunció el historiador Eduardo Acevedo: "No pasaba una semana sin que los diarios del interior denunciaran la muerte de personas por la propia policía que las había arrestado. El hecho era corriente y las poblaciones se habían naturalizado  con esa forma de exterminio".
Si la múerte de los cabecillas de las bandas de ladrones de ganados y salteadores de caminos y estancias era ésta, el personal subalterno de ellas tenía un destino menos trágico pero no más humano: el taller de adoquines en la calle Yí de Montevideo. "El taller de adoquines llegó a constituir el terror de la· campaña. Prefería morir (el paisano) antes que pasarse los meses labrando piedra . . . "
El Código Rural fue gestado dentro de la Asociación Rural, fue aprobado sin discusión por las cámaras de 1875 y comenzó a regir en 1876. En él la propiedad de la tierra era rigurosamente definida y se debía de tener títulos perfectos. El complemento para esto lo fue la propiedad del ganado con un sistema de marcas y señales y con la creación de la consiguiente Oficina General del Registro de Marcas y Señales. Además, se legislaba sobre las pulperías y las peonadas y se establecieron multas y también pena de prisión al delito de abigeato.
El gobierno de Latorre fue muy duro con la obligación del Alambramiento de  los campos. Para agilitar el cercamiento se estipuló la “medianería forzosa” que obligaba a alambrar al medianero si el vecino lo hacía

Resumen realizado por la docente del libro "Historia del Rural del Uruguay Moderno" de Pedro Barrán y Benjamín Nahum, capítulo Las Bases de la Modernización, páginas 151 a175.
 
 

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